Día 6, "el día del dragón"

Nos levantamos por la mañanita, desayunamos y proseguimos la marcha. Atravesamos el túnel del terror sin problemas y paramos en el BONUS a comprar avituallamiento para los humanos y para el cochecillo. Primer entretiempo del día: el dispensador de gasolina no funciona muy bien y todavía no tenemos claro si pusimos 3000 coronas de gasofa y nos cobró 6000 o 3000... además de eso, tenía un poco de perdidas y la mano de orejas quedó embadurnada de gasofa, um, que aroma más embriagador y sensual...
Después de dicho suceso, retomamos el camino. Curva para aquí, estrechez para allá y miles de piedras que nos esperan con cariño.
Llegamos a un pueblecito dónde había un museo sobre brujería muy atrayente. Comemos en una gasolinera del pueblo el plato típico, hamburguesa con patatas. Decoramos nuestro suzuki limpio con un dragón de polvo y nos damos un paseito camino de la casa de brujas. Una vez allí, descubrimos que es un engaña turistas, así que media vuelta.


Echamos un vistazo a unos pescados satánicos que se estaban secando, unas fotillos y cap a Saeberg.
Chino, chano, llegamos a Saeberg y allí nos atiende una señora con el ojo bastante morado...quina por!!! En el mimso albergue se alojaban un madrileños y unas catalanas. Nuestro primer contacto fué con uno de los madrileños (alias Popi) que era bastante majo. Después, investigando donde estaba la piscina de agua caliente, nos encontramos con sus colegas fumandose unos canutitos y bebiendose unos güiskis en la piscina, como diría Montes, "This is living". Una vez desparecida la niebla, los 3 nos dimos un bañazo reconfortante.
Una duchita y a cenar. En la cena nos esperaba una grata sorpresa, teníamos las albondigas de la muerte como plato estrella combinadas con un frankfurt. Que buenas que estaban!!!
Partidita del uno después de la cenita y dormir, que al día siguiente tocaba madrugar.